Desconfía de tus ojos si.....


La realidad es una foto que nuestra percepción construye de acuerdo a muchos factores que influyen en nosotros, tanto culturales, sociales, creencias religiosas y diferentes opiniones sobre mismos temas. Y es lo que hay, quiéranos o no. Pero una situación se puede interpretar de distintas maneras tanto a favor o cómo en contrario.


El sabio Badwin decía: “Si lo que ves se ajusta a medida, con la realidad que a ti más te conviene…. ¡DESCONFÍA DE TUS OJOS!

Les ilustro con el siguiente cuento popular.

El rey estaba enamorado de Sabrina: una mujer de baja condición a la que el rey había hecho su última esposa.

Una tarde, mientras el rey estaba de cacería, llegó un mensajero para avisar que la madre de Sabrina estaba enferma. Pese a que existía la prohibición de usar el carruaje personal del rey (falta que era pagada con la cabeza), Sabrina subió al carruaje y corrió junto a su madre.

A su regreso, el rey fue informado de la situación.

-¿No es maravillosa?-dijo-Esto es verdaderamente amor filial. No le importó su vida para cuidar a su madre!! Es maravillosa!


Cierto día, mientras Sabrina estaba sentada en el jardín del palacio comiendo fruta, llegó el rey. La princesa lo saludó y luego le dio un mordisco al último melocotón que quedaba en la canasta.

-¡Parecen ricos!-dijo el rey.


-Lo son- dijo la princesa y alargando la mano le cedió a su amado el último melocotón



-¡Cuánto me ama!-comentó después el rey-, Renunció a su propio placer, para darme el último melocotón de la canasta.¿no es fantástica?


Pasaron algunos años y vaya a saber por qué, el amor y la pasión desaparecieron del corazón del rey.


Sentado con su amigo más confidente, le decía:

-Nunca se portó como una reina…¿acaso no desafió mi investidura usando mi carruaje? Es más, recuerdo que un día me dio a comer una fruta mordida.

iNSPIRADO EN UN CUENTO POPULAR FRANCES, adaptado por Jorge Bucay

Saber aceptar las críticas


En las últimas horas uno puede meditar para encarar un proyecto importante, lo chequea una y otra vez pero al exponerlo nos enfrentamos a las criticas a lo que presentamos o a lo que no pensamos. Intentarlo es todo un reto. Saber afrontarlas es lo que expone muy bien FERRÁN RAMÓN-CORTÉS  en el diario El País de Madrid . 27/09/2009



Todos estamos expuestos a ellas. Aumentar la seguridad en nosotros mismos ayudará a poder evaluarlas sin percibirlas como una agresión y a admitirlas para aprender.



Eres demasiado impulsivo. Has de aprender a controlarte…”. La última vez que mi antiguo jefe me dijo estas palabras, lejos de interiorizarlas o reflexionar sobre ellas, lo que hice fue fantasear sobre cómo estrangularlo allí mismo. Esto demuestra dos cosas: que, en efecto, soy impulsivo, y que aquella crítica no la estaba recibiendo nada bien. De hecho, no me estaba ayudando en absoluto. El punto álgido de mi ira fue cuando añadió la frase mágica: “Te lo digo por tu bien…”.



Personas y relaciones


“Deberíamos ser más o menos críticos en función de la seguridad que percibamos en la persona a la que dirigimos la crítica”

No todos reaccionamos igual ante la crítica, pero lo cierto es que la mayoría de nosotros la llevamos mal. Si atendemos a las estadísticas, encontramos que ante un comentario crítico, un 70% de la gente reaccionará sintiéndose herida. Un 20% la rechazará negándola. Y tan sólo un 10% reflexionará serenamente, la interiorizará y decidirá si debe o no cambiar alguna conducta.



Tampoco todas las críticas son iguales y, por tanto, producen el mismo efecto: si se trata de una observación (te comunico cómo me afecta a mí algo que tú has hecho o algo que ha sucedido), las posibilidades de que sea bien recibida aumentan considerablemente. En cambio, si la crítica implica un juicio (te digo lo que pienso de ti, colgándote una “etiqueta”), casi seguro que sentará mal.



En cualquier caso, el motivo de que nos afecte tanto no es otro que nuestra inseguridad. Cuanto menos seguros estemos internamente, más vulnerables seremos a la crítica. La prueba de ello es que somos mucho más vulnerables a la crítica en aquellas áreas vitales en las que todavía no hemos desarrollado una completa seguridad.



La pregunta que a menudo nos formulamos es: ¿ayuda la crítica? Y hay opiniones para todos los gustos. Desde sus acérrimos defensores, que la consideran la única forma posible de progreso en nuestra vidas, hasta los firmes detractores, que le niegan bondad alguna. En mi opinión, cuando la crítica implica un juicio a la persona, la respuesta es clara: no ayuda. Y el motivo es que recibimos los juicios como un ataque, y ante un ataque dejamos de actuar serenamente desde nuestra consciencia. Actuamos visceralmente, y lo único que hacemos es huir o contraatacar. Cuando la crítica se limita a una observación, sí puede ayudar. Pero hemos de ser cuidadosos para que no se nos “cuele” en nuestra observación un juicio encubierto.



Hemos inventado un término que nos permite ser críticos teniendo una buena excusa formativa: la “crítica constructiva”. He de decir que desde el punto de vista literal, el término “crítica constructiva” simplemente no existe. Las palabras “crítica” y “constructiva” son antagónicas. Las críticas, entendidas como tales, no construyen nada. Lo que ocurre es que utilizamos el término “crítica constructiva” para nombrar a las “observaciones”, o sea, a las impresiones personales respecto a un hecho que realizo sin juicio alguno a la persona. Y las observaciones sí ayudan, y mucho.



Críticos con los demás



Uno está tan expuesto a la crítica como a la gripe.

(Friedrich Dürrenmatt)



No soportamos que nos critiquen, pero no dejamos de criticar a los demás. Es interesante conocer que es precisamente con los que más queremos con quienes somos más críticos. Solemos decir que es porque tenemos más confianza, pero me temo que en el fondo es porque son los que más queremos que sean como nosotros pensamos que tienen que ser. En cualquier caso, es precisamente a los que sentimos más próximos a quienes no perdonamos ni una.



También es cierto que somos especialmente críticos con todo aquello de lo que secretamente nos acusamos. Si en el fondo nos sabemos impulsivos, y no nos gusta, nos faltará tiempo para criticar la impulsividad de un compañero. Quien manifieste los comportamientos que más nos molestan de nosotros mismos será quien esté permanentemente en nuestro punto de mira.



No podemos obviar en este punto la crítica derivada de nuestro pecado capital favorito: la envidia. La envidia es fuente de crítica gratuita, de crítica corrosiva y malintencionada. Pero es quizá por ser previsible e infundada por lo que a esta crítica no le prestamos especial atención, y es a la que somos menos vulnerables.



Hemos comentado que el principal motivo por el que nos afecta la crítica es nuestra inseguridad. Por tanto, el trabajo para ser inmunes a ella debería ir en la dirección de construir y desarrollar nuestra seguridad. Será la gran coraza que nos protegerá de cualquier agresión en forma de crítica. En este contexto, no cabría la crítica como agresión, porque simplemente no nos afectaría.



Pero lo cierto es que cada persona nos encontramos en una etapa distinta de nuestro crecimiento, y hemos desarrollado un nivel de seguridad interna distinto. En este contexto, ser más o menos crítico con la gente no debería ser una actitud personal, sino que deberíamos ser más o menos críticos en función de la seguridad que percibamos en la persona a quien dirigimos la crítica. Como nos recuerda John Powell, “la mejor forma de mantener la distancia entre la gente es herir”, y una crítica, para quien no está preparado para recibirla, hiere.



Abogaré de nuevo por la conveniencia de sustituir críticas por observaciones. Así y todo, si las observaciones inciden sobre aspectos en los que el otro puede mejorar, deben hacerse siempre en privado, y jamás delante de los demás. La sensación de “linchamiento público” es devastadora para la motivación y para la autoestima. La norma es bien sencilla: hacer los halagos en público, y reservar las críticas para la intimidad del despacho cerrado.



¿Tenemos que aguantar la crítica siempre?



El que dice lo que piensa, no piensa lo que dice (sabiduría popular)



La crítica en público produce, además, un efecto contraproducente para el grupo en su conjunto, y es que todos temerán que un día les toque a ellos. Es una de las formas de minar la confianza dentro de un grupo y de crear distancia con la gente. Lo cierto es que, queramos o no, siempre estaremos expuestas a ellas. Estadísticamente, en cualquier actividad que hagamos, siempre habrá un 10% de la gente a quienes no les gustaremos o no estarán de acuerdo con nosotros. Por tanto, no las podremos evitar, pero sí está en nuestras manos evitar que nos afecte. Lo lograremos si somos capaces de escucharlas serenamente, decidir si tienen o no sentido, y si de ellas podemos extraer alguna enseñanza. Son muchos los que sostienen que se aprende de la crítica (yo les diría de las observaciones), pero este aprendizaje sólo ocurre si somos capaces de situarnos entre este 10% que ni se siente agredido ni la rechaza.



Personas y relaciones

- Daniel Goleman, con su obra ‘Inteligencia social’ (Kairós, 2006), aporta una lúcida visión de conjunto de cómo funcionan las relaciones entre las personas, especialmente por lo que se refiere a la conexión con el funcionamiento cerebral.



– Toda la obra de John Powell, editada por Sal Terrae, aporta claves sobre conceptos relacionados como la seguridad personal, autoestima o la distinción entre crítica y observación.



– El libro ‘La asertividad’, de Eva Bach y Anna Forés, ofrece valiosos instrumentos para comunicarse con efectividad, pero sin herir.

Taller Personal de CREACIÓN de ÉXITO

El Personal de Creación de Éxito (PCE) se presenta a los participantes con una metodología educativa, participativa y vivencial que refleja las situaciones reales de la vida en un ambiente de aprendizaje profesional y seguro que te indica que caminos eliges para tu futuro.

Hacer este taller facilita encontrar las barreras que enfrentas en tu vida para poder empezar todo tipo de actividades importantes para ti pero que no las comienzas por distintos motivos, las barreras que muchas son emocionales y que seguro están profundamente instaladas en formas de creencias que obstaculizan el autoconocimiento, el trabajo en equipo, la creatividad, la productividad y el sano relacionamiento.

Si aceptas encontrar tu interior, podrás reconocer que es lo que te emociona, las fallas de tus relaciones, los impedimentos que no concilias con el entorno y generar una corriente positiva, tanto mental, emocional, intelectual, social y espiritual que da pie a nuevos horizontes en todos los sentido de tu vida.

Los talleres con la interacción de todos los participantes y facilitadores evocara todos los miedos y creencias bloqueadoras y que pertenecen a etapas que deben cerrarse. Los participantes encuentran la paz espiritual al liberar la energía negativa que les agobia y mediante la visualización alcanzan estados de conciencia superiores y permitiendo abrirse y compartir todo lo adquirido.

Los juicios y conflictos producidos por victimarios y verdugos en las etapas vividas han dejado tatuajes en nuestro cuerpo que algunos son visibles y otros no nos permiten ser proactivos, no conocernos, no saber nuestros límites condicionando el precioso capital que podemos tener cada uno de nosotros que son los motores de crecimiento personal y de aportar más a la sociedad que vivimos.



Nuestro principal objetivo para los talleres son:

Liberarte de las cargas negativas, que te quitan energía, poderosos y sin salida que impiden vivir una vida que te mereces vivirla a pleno.

La felicidad es un camino que puedes descubrir a partir de los principios que trabajaremos en plena naturaleza, tu cuerpo, los sentidos y los espacios que construirás en tus pensamientos.

El programa esta destinado a personas que su factor biográfico les limita crear nuevas historias individuales, y en un ambiente único de una masía del siglo XI rodeado de montañas y bosques vírgenes.

Son grupos de número variable y que cada tres participantes un facilitador le ayudara a encontrar la escucha sincera, le hará preguntas y lo contendrá cada vez lo necesite tanto individual como grupal.



Metodología

Talleres con actividades lúdicas, espirituales y emocionales.

La búsqueda del máximo beneficio personal para el aprovechamiento del taller.

Basados en la Programación Neuro Lingüista utilizaremos una combinación estructurada de técnicas, incluyendo escribir nuestra historia vivida con sus logros, errores o fracasos que nos han ocurrido y afectado, discusiones y proyectos de grupos, regresiones, visualizaciones, interpretar sueños y catarsis.

Todo esta pensado para conocer, escuchar e intercambiar experiencias en grupos que alternan en los distintos puntos del programa, pero destacó que es también individual, que buscará el interior de cada uno para que vuelva o comience a brillar con luz propia.

El grupo te animara, te ayudara y te dará el cobijo para crear en tí una nueva experiencia que crecerá día a día utilizando las herramientas aprendidas.

El taller dura 6 días (3 previos los días sábados) y las habilidades se fomentaran con la utilización posterior y adquiriendo los niveles siguientes que son los que profundizan temas o especializarte en P.N.L..

El taller incluye sesiones de masajes, yoga y apoyo psicológico



Metas y Objetivos del taller



 Eliminar rencores y desencuentros con nuestro padre y o madre, comprendiendo situaciones, aceptando errores, perdonando hechos vividos y amando a nuestros padres y consiguientemente, siendo capaces de comenzar a aceptarnos, a honrarnos , perdonarnos situaciones no deseadas y amarnos más nosotros mismos

 Elevar la autoestima

 Eliminar protagonismos inmaduros

 Reconocer y disfrutar nuestros logros

 Aceptar nuestro éxito.

 Eliminar barreras que impiden gozar de nuestro trabajo y nuestra profesión

 Vencer el pasado de relaciones insatisfactorias

 Dejar de ser victimas o victimarios

 Vencer conductas adictiva

 Encontrar la paz de personal y armonía con la sociedad

Los riesgos de hacer...

Te invito a mantenerte consciente de las cosas que ocultas, y de cómo lo haces. También del resultado que obtienes. Y te invito a tomar riesgos positivos para mostrarte auténticamente. Compartiré contigo una reflexion: "Para mí, retener y ocultar es el supremo "pecado" espiritual que podemos hacernos unos a otros. A menudo empieza por ocultar las emociones: alguien te dice algo y no te gusta. Entonces te dices: "Bueno, sencillamente no le hablaré a esa persona." Muy pronto, empiezas a ocultar tu cuerpo de ellos, al no estar cerca suyo. Después puedes retener información que ellos deberían tener, lo que quiere decir que no tienen el cuadro completo de lo que sucede.Esto puede suceder en organizaciones y en familias y puede socavar bastante al grupo. En lugar de permitir que eso suceda, mantén la comunicación. - John-Roger
Creo que es muy claro el mensaje para empezar a cambiar.

El terrible miedo al compromiso

Hoy estoy muy feliz, amigos les dejo esta interesante nota que resume muy bien los puntos que hay que tener en cuenta para el mejor diálogo de pareja.
También me sirve para sacarlo de contexto cuando necesitamos comprometernos con objetivos y ampliar esquemas mentales que nos afectan.

XAVIER GUIX 20/09/2009


Queremos estar enamorados y luego nos entra el pánico. Es básico conocer nuestro estilo afectivo para ser capaces de vivir acorde con él con integridad y sin hacer daño a los demás.

Si corren malos tiempos para la pareja, aún anda peor la capacidad de emparejarnos. Vivimos una especie de epidemia que consiste en desear de una manera loca estar enamorados para después sufrir como una condena ese lazo por el que tanto suspiramos. El compromiso afectivo da un miedo terrible.


Aprender a querer

El estilo afectivo tiene mucho que ver con cómo hemos sido amados en nuestra más temprana infancia y en cuál ha sido nuestra respuesta

Arrastramos la necesidad de arrastrar marcos en los que encajar nuestra existencia. Sonútiles, pero también nos quitan flexibilidad
Debe de ser verdad que, a pesar de lo mucho que hoy sabemos de la vida, seguimos cometiendo el error de vivir entre la felicidad y el sufrimiento. Un ejemplo lo podemos observar en los emparejamientos actuales. Nadie quiere renunciar a la pasión abrasadora del enamoramiento, pero a la vez se quieren evitar los quehaceres del compromiso. Ya ni tan siquiera sirve aquello de “ni contigo ni sin ti”. Ahora sólo funciona el “contigo, pero sin ti”.

El ascenso de eso que venimos llamando miedo al compromiso afectivo está alcanzando tal magnitud, que cabe pensar si realmente es un problema sólo de miedo o si estamos ante un cambio de modelo afectivo que también está en pleno proceso de transformación. Incluso hay quien se cuestiona si no habremos sobrevalorado la pareja como forma de transitar por este mundo.

Cuestión de estilos afectivos

Puede uno amar sin ser feliz; puede uno ser feliz sin amar; pero amar y ser feliz es algo prodigioso (Honoré de Balzac)

Cuando dos personas se gustan e inician ese periodo de cortejo, que hoy dura lo que dura un telediario, se ponen en juego dos estilos afectivos. Es decir, dos maneras de amar. Nadie ama igual, aunque la psicología reconoce algunos estilos en los que todos podemos más o menos identificarnos.

El estilo afectivo tiene mucho que ver con cómo hemos sido amados en nuestra más temprana infancia y en cuál ha sido nuestra respuesta, es decir, con cómo hemos gestionado el apego. De eso se ocuparon hace ya unos años el psicólogo John Bowlby, además de Harry Harlow y posteriormente Mary Ainsworth. Dicha teoría del apego enfatiza la importancia del vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres o sus cuidadores de referencia.

Distinguieron tres tipos de apego: el seguro, el inseguro y el ambivalente. Eso lo observaron al realizar una serie de actividades, que voy a simplificar, en las que las madres dejaban al niño solo, jugando, para volver más tarde, o bien la madre permanecía en compañía de otra persona adulta.

Al irse mamá, todos los niños solían llorar para luego entretenerse en sus juegos. Lo interesante llegaba al volver la madre. Los niños de apego seguro se alegraban de su vuelta y se echaban a sus brazos. Los niños de apego inseguro, en cambio, se hacían los remolones, ignorando el contacto con la madre. Como una especie de “me has hecho sufrir, pues ahora paso de ti” (¿les suena eso aún hoy como adultos?). Los ambivalentes eran los más ansiosos, reaccionando ahora de una manera, ahora de otra. Esa huella la mantenemos casi de por vida.

El apego hoy

Nunca amamos a nadie: amamos sólo la idea que tenemos de alguien.

Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos (Fernando Pessoa)


Estudios más recientes han actualizado esta teoría y han adecuado los estilos de tal manera que llega a entenderse por qué tanta gente teme el compromiso. Así se puede hablar de cuatro estilos en los que todos andamos más o menos metidos: el seguro, el preocupado, el huidizo y el temeroso.

A grandes rasgos, y para no andar con demasiados tecnicismos psicológicos, el estilo seguro se reconoce porque mantiene un adecuado equilibrio entre las necesidades afectivas y la autonomía personal. Suelen ser personas que tienen un modelo mental positivo tanto de sí mismas como de los demás, es decir, que confían en sí mismas, con una elevada autoestima y comodidad en las relaciones interpersonales y en la intimidad.

El estilo preocupado se caracteriza por un modelo mental negativo de sí mismo y positivo de los demás, con una elevada necesidad de apego. Son personas con baja autoestima, conductas de dependencia, con una necesidad constante de aprobación y una preocupación excesiva por las relaciones. En los casos extremos puede caer en conductas hostiles, como los malditos celos.

El miedo a amar

La señal de que no amamos a alguien es que no le damos todo lo mejor que hay en nosotros (Paul Claudel)


Al estilo huidizo se le puede añadir la coletilla “alejado”, puesto que viven las relaciones en un estado continuo de acercamiento-alejamiento. Son los que más dicen quererse enamorar para después sentirse con la soga al cuello. Por eso huyen. Suelen ser personas con una elevada autosuficiencia emocional, una baja activación de los deseos de apego, muy orientados al logro de sus objetivos y una elevada incomodidad con la intimidad. Por desgracia, los que sufren este tipo de apego confunden su necesidad de alejamiento con la falta de amor y por eso rompen relaciones una detrás de otra. Son los más proclives a huir del compromiso, y cuando lo logran hay que procurar no atarlos en corto.

Finalmente está el estilo temeroso, con un modelo mental que podríamos caricaturizar como “yo estoy mal, pero tú estás peor”. Se caracterizan por sentirse incómodos en situaciones de intimidad, por una elevada necesidad de aprobación, por considerar las relaciones como algo secundario y por una baja confianza en sí mismos y en los demás. El estilo temeroso tiene necesidades de apego frustradas, puesto que, al mismo tiempo que necesitan el contacto social y la intimidad, el temor al rechazo que les caracteriza les hace evitar activamente situaciones sociales y relaciones íntimas.

A todo ello hay que sumar las experiencias vividas que modelan sin duda nuestros estilos afectivos. Aunque podríamos discutir qué fue primero, si el huevo o la gallina, o el nido, es cierto que el miedo a amar también se reconoce ante los sufrimientos causados por amores mal entendidos. Por engaños y autoengaños. Por corazones rotos y desgarrados por el dolor del desamor. Nadie quiere volver a sufrir así. No es necesario. Por eso podemos aprender a amar desde la plenitud. Y eso empieza por aprender a amarse a uno mismo.

Amar con conciencia

Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección (Antoine de Saint-Exupéry)


Conocer el estilo afectivo propio es fundamental. Primero para poder identificar las dificultades que tenemos en el marco de las relaciones y que no dependen sólo de con quién nos juntamos, para tomar responsabilidad sobre ello. Pero también significa aprender a vivir de acuerdo con el estilo afectivo que queramos desarrollar en la vida. No todo el mundo tiene que pasar por la vicaría, ni tiene que tener una familia, ni es un discapacitado emocional por no convivir en pareja. Lo importante es responsabilizarse de las elecciones que hacemos en cada momento, con integridad y sin dañar a los demás.

Arrastramos aún la necesidad de crear marcos en los que encajar nuestra existencia. Son útiles, ya que así sabemos cómo actuar y dónde están los límites. Pero también nos quitan flexibilidad, no nos permiten, como la vida misma, fluir con el presente y con los acontecimientos, sino que nos etiquetan, normativizan y crean expectativas y obligaciones que nos quitan autenticidad. Eso es lo que ocurre con el amor a veces. Se dan por hecho tantas cosas que es inevitable vivir en el autoengaño. Por eso, cuando Cupido se quita la venda de los ojos, no nos podemos creer en lo que nos hemos convertido.

Prefiero pensar que hoy disponemos de una conciencia diferente, la cual nos permita elaborar las relaciones día a día, sabiendo que andamos continuamente sobre la fina cuerda de la incertidumbre y que todo se debe ir resolviendo si hay capacidad de amarse. Y eso empieza por asumir cómo amamos y cómo queremos ser amados.


Aprender a querer
Libros

‘Los estilos afectivos en la población española: un cuestionario de evaluación del apego adulto’, de Remedios Melero y María José Cantero. Revista ‘Clínica y Salud’, volumen 19, número 1. 2008.

‘El arte de amar’, de Erich Froom. Editorial Paidós.

‘El verdadero amor’, de Thich Nhat Hanh. Ediciones Oniro.

Música

Todo Mozart.

Abrir el grifo a la creatividad e innovación

Conferencia: "Después de lo pasado, nada es seguro ni nadie es fiel".




Marketing, global y anti crisis para generar valor a los consumidores, las empresas y las regiones que las cobijan.



En esta conferencia mostraré con vídeos y una exposición muy simple de los nuevos hábitos de consumo y de que hoy el vector de decisión es más racional en diferencia con el comprador impulsivo y consumista.



El actual, es cada vez más segmentado en los medios que se informa y la búsqueda de satisfacción, de una mejor relación entre la inversión con el valor obtenido, obligándonos a desaprender conceptos adquiridos y reemplazarlos por los nuevos conceptos de demanda.



¿Nuevo concepto de marca?



¿Qué medios alternativos a los tradicionales podemos ofrecer?



¿Cómo las empresas y las organizaciones generan valor en las mentes de los consumidores ante el nuevo paradigma que afecta a las marcas líderes?



Objetivo:



Despertar el interés por la creatividad y la innovación para segmentar y llegar a más público efectivo.



Destacar la oportunidad de los pequeños para introducir su mensaje, con menos presupuestos y obtener grandes resultados dentro del nuevo concepto de consumo de los consumidores afectados por una pandemia global financiera.

Talleres de motivación

Conferencia: ¿Qué hacer para liderar a las personas en tiempos de turbulencias?


La actual situación de crisis hace que ideemos formulas internas en nuestras vidas y en las organizaciones que actuamos para mantener con entusiasmo el día a día. Vemos que muchas horas las pasamos en pensamientos negativos y conduce a no visualizar alternativas posibles de logros ya que no estamos MOTIVADOS.

Búsqueda de ideas, elevar la auto estima y plantear soluciones a la situación actual no mueve a presentar desde otra perspectiva y dejar una herramienta útil para comenzar a soñar con resultados sostenibles y más ambiciosos.



Objetivo de la conferencia

Salir del letargo existencial que se encuentran muchos líderes y plantear con una exposición diferente y dinámica alternativas motivacionales.

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