CÓMO MANTENERSE JOVEN



 

1. Elimine los números que no son esenciales. Esto incluye la edad , el peso y la altura.. 

Deje que los médicos se preocupen de eso. 


2. Conserve sólo los amigos divertidos . Los depresivos tiran para abajo. 

(Recuerde esto si es uno de estos depresivos!) 



3. Aprenda siempre: 

Aprenda más sobre computadoras, artes, jardinería, o lo que sea. No deje que su cerebro se vuelva perezoso.
'Una mente perezosa es la oficina del Alemán.' Y el nombre del Alemán es Alzheimer! 


4. Aprecie más las pequeñas cosas 


5. Ría muchas veces , durante mucho tiempo y muy alto. Ría hasta que le falte el aire. 

Y si tiene un amigo que lo hace reír, pase mucho y mucho tiempo con él / ella! 



6. Cuando las lágrimas aparecieran 

Aguante, sufra y supérelo.
La única persona que se queda con nosotros toda la vida somos nosotros mismos.
VIVA mientras esté vivo. 


7. Rodéese de las cosas que ama: 

La familia, animales, plantas, hobbies, o lo que sea.
Su hogar es su refugio. 



8.. Cuide su salud: 

Si es buena, manténgala.
Si es inestable, mejórela.
Si no consigue mejorarla , busque ayuda. 


9. No haga viajes de culpa . Viaje al centro comercial, a un país diferente,
NO donde haya culpa 



10. Dígale a las personas que ama que las ama en cada oportunidad. 






SI LA VIDA ES HERMOSA, ¿POR QUÉ NO SONREÍR SIEMPRE? 


Vida, muerte. Rigidez y flexibilidad

Recordando a Lao Tsé que nos habla de que la flexibilidad es la vida, y la rigidez la muerte, como el niño que nace y el anciano que muere, podría definir está semana.
Alumnos que piden rigidez de conocimientos y son flexibles a la hora de plasmar esos aprendizajes. La adrenalina de los ejercicios emocionales que vivimos en el taller de facilitadores y el rígido curso de inteligencia competitiva que estamos asistiendo para poder brindar estrategias competitivas a nuestros proyectos de ciudades.  Debo aprender a ser más flexible ya que así podre disminuir los conflictos y debo aprender a ser más rigido para no perder tantos. El equilibrio de la vida es algo que hace sentir cada día como un desafió y cada segundo como un aprendizaje de errores y aciertos. Escuchar de otros tus rigideces favorece a ser más flexible a la hora de la devolución y nos invita a ser más tolerantes para más cosas. Recordando comenzamos y finalizamos con este verso escrito por Carlos Edmundo de Ory "Extraña raíz del día y más extraña / la melena del tiempo Mira ahora / fuera la luz de dentro...." 
Jacobo Marcos Malowany

Soy competitivo, o me adapto a ser más que otros. Perdedor o Ganador


Es importante destacar que ser competitivos no implica destrozar, humillar o querer borrar de la faz de la tierra a otro. Implica crear, basados en el arte de modificar y dar más que los otros, facilita innovar aprendiendo de errores y mejorando lo existente.   Ayuda la visión que tenemos para ver lo diferente y no ser uno más.


Hoy en El País sale esto firmado por Ferran Ramón Cortes que resume muy bien los puntos que hablan de como lograr ser más y mejores.
"El segundo es el primero de los perdedores" (Ayrton Senna)
La competitividad es una característica intrínseca a la especie humana. Su origen se encuentra en la necesidad de aparearse. Así pues, muchas de las actitudes de competitividad de los humanos están gobernadas por los mismos procesos que nos hacen luchar por la pareja deseada.
Dicho esto, hay distintas maneras de ver y vivir la competitividad que la hacen funcional o disfuncional. La frase aquí reproducida del desaparecido campeón de fórmula 1 expresa muy bien el sentimiento que frecuentemente existe en el deporte de élite y lo gobierna.
Existe una competitividad sana, basada en nuestro esfuerzo por conseguir un objetivo. Esta competitividad nos ayuda porque nos lleva a dar lo mejor de nosotros mismos, a progresar, a buscar nuevas estrategias para superarnos, a descubrir y aprender de nuestros errores y a buscar nuevas soluciones para mejorar. Si un equipo de baloncesto no se esforzara por ganar al contrario, poco avanzaría en su desarrollo. Es, por tanto, absolutamente deseable porque, si no, no progresaríamos.
Pero hay también una competitividad insana, basada en obtener la victoria a toda costa, que, lejos de ayudarnos, nos genera estados de insatisfacción, de estrés, y nos bloquea, porque cuando no la obtenemos, sentimos un alto grado de frustración que a menudo expresamos en forma de agresividad, de quejas, de polémicas e incluso de desprecio por los demás. Esta competitividad nos lleva en ocasiones a comportamientos antideportivos o poco éticos (¿quién no recuerda un famoso gol con la mano en un Mundial?), que poco dicen de nosotros como personas. Cuando en el deporte, en el trabajo o en nuestras relaciones estamos dispuestos a hacer trampas o a destruir al contrario para conseguir ganar, esta competitividad no es en absoluto funcional, porque no va destinada al crecimiento personal, sino a la pura victoria sobre los demás.
Es distinto perder y fracasar
"Lo esencial en la vida no es el éxito, sino esforzarse por conseguirlo" (Pierre de Coubertin)
El éxito tiene que ver con factores internos, pero también externos. Perseguirlo como meta nos puede crear ansiedad. Llevar a cabo una actividad tomando el resultado como objetivo es comprar números para el estrés y la frustración. En cambio, si la llevamos a cabo centrándonos en el esfuerzo y la estrategia, estaremos desarrollando todo nuestro potencial.
Alcanzar un determinado resultado no siempre depende de nosotros. Hay factores externos (el arbitraje en el deporte, una adversidad fortuita en el trabajo...) que pueden llevarnos a un mal resultado a pesar de nuestra buena actuación. Por eso debemos tener muy presente que perder no quiere decir en absoluto fracasar, y que, en el límite, mucha gente fracasa ganando.
El esfuerzo depende de mí. El resultado depende de mí y de muchas otras cosas que yo no puedo controlar. Si me juzgo por el esfuerzo, yo decido mi éxito. Si juzgo los resultados, estoy en manos de muchos otros factores, entre ellos el azar.
Vivimos en una cultura competitiva, en la que se simulan las faltas en el deporte, se falsifican los currículos en el trabajo o se hunde a la competencia con campañas de descrédito. Todo para obtener el éxito. Pero es un éxito externo, aparente, que no nos puede dar satisfacción como personas, y que, en aquellos casos en que somos referentes, nos lleva a dar un pésimo ejemplo. Es mucho mejor perder triunfando (he hecho todo el esfuerzo posible y, por tanto, estoy orgulloso de ello) que ganar fracasando (he hecho las trampas necesarias para obtener el resultado, pero estoy muy lejos de poder sentirme orgulloso de ello).
¿Contra quién compito?
"Solo hay una competición sana: yo contra mí mismo" (Oriol Pujol Borotau)
Competir es bueno, siempre que entienda que con quien compito es conmigo mismo. No me comparo con los demás. Me comparo conmigo, y fruto de esta comparación valoro mi progreso y mi crecimiento.
En esta idea de competición no hay adversario, y no me preocupa el resultado, aunque, paradójicamente, es cuando más lo obtengo, porque es en esta competición conmigo mismo en la que doy lo mejor de mí.
Como afirma magistralmente el profesor Santiago Álvarez de Mon, "el partido interior que jugamos con nosotros mismos es el único que merece la pena (...), ahí es donde de verdad gano o pierdo".
Es nuestra responsabilidad decidir qué tipo de competitividad elegimos, y derivado de ello educar a nuestros hijos en una competitividad sana, donde seamos capaces de premiar el esfuerzo y la estrategia, y no el resultado. En un plano educativo es recomendable que el reconocimiento venga por la preparación concienzuda del examen, no por la nota conseguida, y por el buen juego del partido, no por el resultado. Celebremos la estrategia y seamos conscientes de lo aleatorio del resultado. Si celebramos únicamente el resultado, alentamos a conseguirlo por todos los medios, lícitos e ilícitos.
Y debería ser obvio que no podemos caer nosotros, como espectadores en las actividades escolares, en esta competitividad insana.
Terminamos con una frase de John Wooden, legendario entrenador de baloncesto americano: "Éxito es el estado de paz y serenidad interior alcanzado como consecuencia de la satisfacción de saber íntimamente que has hecho todo lo que estaba en tu mano para lograr el máximo de lo que eres capaz".

Libros

- 'La última lección' (Grijalbo, 2008). Se trata de la memorable conferencia del profesor Randy Pausch, sabiéndose en fase terminal de un cáncer; un alegato a los valores de la vida donde la idea de competitividad sana aparece magistralmente expuesta.
- 'Con ganas, ganas', de Santiago Álvarez de Mon (Plataforma, 2010). Ofrece, entre otros contenidos, una visión lúcida de la competitividad y sus límites.

Rivalidades históricas

1. Oxford y Cambridge (remo).
2. Europa y América (golf).
3. Mozart y Salieri (música).
4. Federer y Nadal (tenis).
5. Pepsi y Coca-Cola (marcas).
6. Steve Jobs y Bill Gates (digital).
7. Kennedy y Jruschov (política).
8. PC y Mac (informática).

Cuando es oscuro, nuestra visión es la luz que nos tranquiliza.

Muchas veces las tres emociones que nos detienen el Temor, la pereza y la Codicia, hacen inadecuados nuestros pensamientos. Lo que más miedo hace a las personas es no sentirse poderoso o desconocer lo poderoso que somos en su totalidad. Cuando es oscuro, nuestra visión es la luz que nos tranquiliza. Me pregunto para generar está luz;  ¿Quién soy yo para ser brillante, magnífico, talentoso, fabuloso? En realidad, quien eres tú para no serlo?  Todos estamos destinados a brillar, como hacen los niños.  No es sólo en algunos de nosotros, es en todo el mundo. Y al dejar que nuestra luz brille, inconscientemente les damos permiso a otras personas a hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia automáticamente libera a otros  

Francisco de Quevedo, "Don Dinero". La verdad de la crisis en poesía burlesca

Don Dinero
Poderoso caballero
es don Dinero.

Madre, yo al oro me humillo,
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado
de continuo anda amarillo;
que pues, doblón o sencillo,
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Nace en las Indias honrado
donde el mundo le acompaña;
viene a morir en España
y es en Génova enterrado;
y pues quien le trae al lado
es hermoso aunque sea fiero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Es galán y es como un oro;
tiene quebrado el color,
persona de gran valor,
tan cristiano como moro;
pues que da y quita el decoro
y quebranta cualquier fuero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Son sus padres principales,
y es de noble descendiente,
porque en las venas de oriente
todas las sangres son reales;
y pues es quien hace iguales
al duque y al ganadero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Mas ¿a quién no maravilla
ver en su gloria sin tasa
que es lo menos de su casa
doña Blanca de Castilla?
Pero pues da al bajo silla,
y al cobarde hace guerrero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Sus escudos de armas nobles
son siempre tan principales,
que sin sus escudos reales
no hay escudos de armas dobles;
y pues a los mismos robles
da codicia su minero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Por importar en los tratos
y dar tan buenos consejos,
en las casas de los viejos
gatos le guardan de gatos;
y pues él rompe recatos
y ablanda al jüez más severo,
poderoso caballero
es don Dinero.

Y es tanta su majestad,
aunque son sus duelos hartos,
que con haberle hecho cuartos,
no pierde su autoridad;
pero, pues da calidad
al noble y al pordiosero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Nunca vi damas ingratas
a su gusto y afición,
que a las caras de un doblón
hacen sus caras baratas;
y pues hace las bravatas
desde una bolsa de cuero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Más valen en cualquier tierra
mirad si es harto sagaz,
sus escudos en la paz,
que rodelas en la guerra;
y pues al pobre le entierra
y hace propio al forastero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Propósito de vida

 Yo diría que el propósito de la vida al menos para quién escribe esto es la  alegría, vivida  en el momento presente, y si hay  alguien que diga lo contrario es una mentira.......

La foto es del día de hoy en la playa Carrasco.

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