conviene en estas historias. Al padrastro le gustaba mucho el niño pesimista y quería hacerle una
mala jugada al optimista, que siempre lo molestaba.
El día del cumpleaños de los dos niños, el padrastro dejó una bicicleta junto a la cama del
pesimista, y un montón de estiércol junto a la del optimista. El primer hermano, al volver de la
escuela, vio la bicicleta en su cuarto y comenzó a lamentarse:
-Jo, qué vida! ¡Mira qué regalo me hacen! Voy a salir por ahí a andar en bicicleta, expuesto a
caerme, a golpearme y hasta a romperme un brazo o una pierna... Esta bicicleta va a ser un problema
más en mi vida...
Y salió del cuarto lamentándose. El otro llegó un momento después, vio el montón de estiércol en
el suelo de su cuarto, dio un salto de alegría y exclamó:
-¡Oh! ¡Qué fantástico! ¿Dónde está el caballo que me regalan por mi cumpleaños?
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