El escribir estos pensamientos esta siendo muy interesante para mí; como he escrito antes, si no acaban en la hoguera de las vanidades y superan el paso del tiempo, las notas son también una fuente valiosísima de información histórica. A que viene esto, estoy leyendo muchos pensamiento de facebook de amigos sobre la naturaleza humana y las disfruto mucho. Sin lugar a dudas es un descubrimiento del tipo que yo llamo serendipia, una palabra muy expresiva que voy a intentar explicarte por si no tienes ni idea o lo hago por que mis clases cada vez que la pronuncio no la conocen ninguno, ya que no tengo nada mejor que hacer: Hace unos años leí “Los tres príncipes de Seréndip”: donde unos principes muy sabios que vivian en Ceylan realizaban continuos descubrimientos en sus viajes, descubrimientos por accidente y sagacidad de cosas que en principio no buscaban: por ejemplo, uno de ellos descubría que una mula ciega del ojo derecho recorría últimamente el mismo camino porque la hierba estaba más raída por el lado izquierdo. Es como el razonamiento de Sherlok Holmes. Tu “por casualidad”, has escrito en tu perfil cosas que se encuentran sin buscarlas, pero que no se habrían llegado a realizar de no ser por una visión sagaz, atenta a lo inesperado y nada indulgente con lo aparentemente inexplicable. Por eso queridos amigos aún quedan truenos y centellas en mi mente gracias a esta serendipia que han provocado en mis pensamientos. Estoy muy agradecido de verdad. Sigan así, escriban lo que les de la gana, no se censuren y den lo que sus mentes brillantes puedan aportar a este humilde aprendiz de la vida.
Serendipias en ciencia y tecnología
Si bien existen varias teorías acerca del origen del dulce de leche, la más popular y ampliamente difundida es que fue producto del olvido de una criada, al dejar en el fuego la leche con azúcar (preparación conocida en esa época como "lechada").
Según Umberto Eco, el mismo Descubrimiento de América (la "genialidad" de Colón) sería una serendipia.
A mediados del siglo XIX, se intentó buscar un material para sustituir el marfil de las bolas de billar. En 1870, John Wesley Hyatt, un inventor de Nueva Jersey, estaba prensando una mezcla de serrín y papel con cola, porque creía que así conseguiría el nuevo material. Pero se cortó un dedo, y fue a su botiquín. Sin querer, volcó un frasco de colodión (nitrato de celulosa disuelto en éter y alcohol). Esto provocó que quedara en su estantería una capa de nitrocelulosa. Al verla, Hyatt se dio cuenta de que este compuesto uniría mejor su mezcla de serrín y papel, en lugar de la cola. De este modo se inventó el celuloide.
En 1922, Alexander Fleming estaba analizando un cultivo de bacterias, cuando se le contaminó una placa de bacterias con un hongo. Más tarde descubriría que alrededor de ese hongo no crecían las bacterias e imaginó que ahí había algo que las mataba. Aunque él no fue capaz de aislarla, ese episodio dio inicio al descubrimiento de la Penicilina.
Friedrich Kekulé, químico, llevaba mucho tiempo intentando encontrar la huidiza estructura de la molécula de benceno. Simplemente, no se conocía una estructura de seis carbonos que tuviera las propiedades químicas que exhibía. Según cuenta él mismo en sus memorias, una tarde, mientras volvía a casa en autobús, se quedó dormido. Comenzó a soñar con átomos que danzaban y chocaban entre ellos. Varios átomos se unieron, formando una serpiente que hacía eses. De repente, la serpiente se mordió la cola y Kekulé despertó. A nadie se le había ocurrido hasta ese momento que pudiera tratarse de un compuesto cíclico.
Las famosísimas notas Post-it surgieron tras un olvido de un operario, que no añadió un componente de un pegamento en la fábrica de 3M. Toda la partida de pegamento se apartó y guardó, pues era demasiado valioso como para tirarlo aunque apenas tenía poder adhesivo. Uno de los ingenieros de la empresa, hombre devoto, estaba harto de meter papelitos en su libro de salmos para marcar las canciones cuando iba a la iglesia. Los papelitos no hacían más que caerse. Pensó que sería ideal tener hojas con un poco de pegamento que no fuera demasiado fuerte y que resistiera ser pegado y despegado muchas veces. La vieja partida de pegamento malogrado acudió a su mente. Habían nacido las notas Post-it.
Niels Bohr llevaba mucho tiempo trabajando en la configuración del átomo. Tuvo un sueño en el cual vió un posible modelo de dicha configuración, y al despertar, lo dibujó en un papel, sin darle mucha importancia. Poco tiempo después, volvió a ese papel y se dio cuenta de que realmente había hallado la estructura del átomo.
El Principio de Arquímedes fue descubierto al introducirse en una bañera y observar cómo su cuerpo desplazaba una masa de agua equivalente al volumen sumergido. Salió desnudo a la calle gritando la famosa palabra: ¡eureka!.
El Dr Albert Hofmann descubrió accidentalmente una de las drogas alucinógenas más poderosas, el LSD (ácido lisérgico dietilamida). Según relata en su libro "My Problem Child", en el curso de su investigación sobre los derivados del ácido lisérgico obtuvo el LSD-25, el cual se demostró como poco interesante desde el punto de vista farmacológico, por lo que se dejó de investigar sobre él. Sólo cinco años más tarde, y debido a que, sin motivo aparente, no podía olvidarse de aquella sustancia, volvió a sintetizarla para una ulterior investigación, lo que era muy excepcional al haber sido ya inicialmente descartada. Cuando procedía a su cristalización se sintió afectado por una mezcla de excitación y mareo, viéndose forzado a abandonar el trabajo en el laboratorio. Presumiblemente, a pesar de sus precauciones, una mínima cantidad de LSD tocó la punta de sus dedos y fue absorbida por su piel. Ya en su casa, despierto, pero en un estado de ensoñación, percibió una serie interminable de fantásticas imágenes con intensos y caleidoscópicos juegos de formas y colores, que no se desvaneció hasta pasadas unas dos horas.
Politetrafluoretileno (O más conocido por su nombre comercial Teflón ®). Fue descubierto en 1938, mientras el Dr Roy J. Plunkett trabajaba en el desarrollo de sustancias refrigerantes y debido a un mal funcionamiento durante sus experimentos realizó el hallazgo.
[editar] Serendipias literarias
Jonathan Swift describió dos supuestos satélites naturales de Marte en su libro Los viajes de Gulliver, de 1726. Voltaire también mencionó en su relato fantástico Micromegas de 1752 que Marte poseía dos lunas. El descubrimiento de los dos satélites marcianos, Fobos y Deimos, no ocurrió de forma oficial hasta 1877. La óptica disponible durante la vida de Swift y Voltaire no permitía ver esos cuerpos celestes tan pequeños y que se separan tan poco de la esfera de Marte.
En el libro Futility, or the Wreck of the Titan se narra el naufragio de un barco llamado Titan. Dicho libro fue escrito en 1898, 14 años antes del naufragio del Titanic, y las coincidencias son asombrosas. De entrada, el nombre de ambos barcos, el hecho de hundirse ambos en su viaje inaugural. Sus dimensiones similares (75000 toneladas y 66000, 243 m de eslora y 268) o el apellido del capitán en ambos casos (Smith).
El libro Las musas de Rorschach, publicado por Editorial Buscarini en 2008, es fruto de un conjunto de casualidades necesarias. Los tres relatos abordan el tema de la musa y el doble, pero fueron escritos en tiempo y forma diversas, sin que los autores se conocieran.
En el libro "Sofiex", la protagonista descubre la técnica del tomate liofilizado algo que solo se conocería 80 años después.
Caso parecido es el de Julio Verne, que un día dijo: "Todo lo que un hombre pueda imaginar, otros podrán hacerlo realidad". Así se ve en sus novelas futuristas, que luego se hicieron realidad: De la Tierra a la Luna (1865), Veinte mil leguas de viaje submarino (1869), escritas en una época en la que esos hechos sólo cabían en la imaginación o en la intuición, y que luego se tornaron realidad con el transcurso del tiempo.
En el cuento "Autopista del sur" del escritor Julio Cortázar, publicado en 1966, el autor narra un grandioso embotellamiento en donde muchísimos automovilistas quedan varados en el camino y deben dormir en sus autos y organizarse para conseguir comida y agua y eventualmente comienzan a conocerse y formar una comunidad. En agosto de 2010 un monumental embotellamiento en el norte de China, que duró más de diez días, causó una fila de 100 kilómetros de vehículos. Sus ocupantes debieron dormir en sus vehículos, conseguir alimentos y pasaban sus días durmiendo, caminando o jugando al ajedrez.
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